Otra
vez, tú. Pasa el día como para quien espera sentado la llegada de la melancolía
y te encuentro. Te tengo siempre, en tus dosis, pero siempre. La única que no
falló nunca a su cita, tú. Qué insensatos quienes te repudian y eluden la
belleza de tu presencia. Aquí, contigo, puedo ser. En la oscuridad, en el
silencio, se escucha el eco del pensamiento y las palabras saben más puras.
Todo cuanto bañas se torna una calma infinita. Otra vez, y como cada día, la
antesala de la rutina y la luz que duele en los ojos. Otra vez y como siempre,
llegas tú, noche, y te ansío eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario