Cuando ella decía “si me necesitas,
estoy aquí” en realidad querría gritar “ojalá en algún momento me precises con
la impaciencia de quien lleva su deseo en secreto y al mismo tiempo grabado en
la piel, ojalá estos formalismos dejaran paso a la poesía de nuestros cuerpos,
ojalá ahora tu presencia calentara mi nuca...”.
Pero enmudecía. Y, al fin y al cabo, “si
me necesitas, estoy aquí”, no estaba tan mal.
Que a veces sólo basta con leer entre-líneas.
ResponderEliminarCierto es. Gracias por pasarte :-)
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